La cantidad de españoles que se citaron el miércoles sobre el césped del Emirates (Arsenal 1-1 Liverpool) hacía recordar a un domingo cualquiera observando la Liga española. Hasta cinco futbolistas seleccionables por Luis Aragonés (Almunia, Cesc Fábregas, Reina, Xabi Alonso y Fernando Torres) fueron de la partida en los onces de Arsène Wenger y Rafa Benítez, precisamente el sexto en discordia. A ellos habría que sumar a Arbeloa, pero el técnico madrileño optó por dejarle en el banco.
Sin embargo, esta realidad arroja una doble lectura. Mientras los optimistas pensarán que es un síntoma de la buena salud que muestra el fútbol español, el extremo opuesto indica que cada vez son más los extranjeros que prueban suerte en España al amparo de la Ley Bosman desde 1995.
Como ejemplo podemos tomar el pasado Barcelona-Real Madrid disputado en el Camp Nou allá por diciembre. Entonces Frank Rijkaard dispuso una alineación donde sólo figuraban Víctor Valdés, Puyol, Xavi e Iniesta. Por su parte, Bernd Schuster alineó de inicio a Casillas, Sergio Ramos y Raúl.
Pese a esta atroz realidad, hay que decir que los nuestros dejaron el pabellón bien alto. Cesc fue la manija del Arsenal, aunque le faltó suerte de cara a gol. Almunia realizó tres intervenciones de mérito. Xabi Alonso fue el futbolista del Liverpool que más corrió hasta que Benítez, el gran vencedor del duelo, le sustituyó (10.125 metros). Torres, muy aislado, llevó todo el peligro red en la segunda mitad. Reina, que falló en el primer gol, también se lució ante Van Persie.