España, Grecia y Alemania ganan confianza, Agüero y Pato, los galones

España, Grecia y Alemania han aumentado sus expectativas, a poco más de dos meses del comienzo de la Eurocopa, apoyadas en las victorias con lustre que lograron en una fecha FIFA de partidos amistosos que sirvió para encumbrar al 'Kun' Agüero y a Alexandre Pato como los nuevos ídolos de Argentina y Brasil.

Reforzado por los triunfos por 1-0 sobre Francia, en febrero, e Italia, ayer, Luis Aragonés, técnico español, encara el Europeo en una situación impensable hace un año, cuando más arreciaba la crítica, tanto por su decisión de excluir al madridista Raúl González como por el pobre juego del equipo.
Ahora, parece tener clara la composición de la plantilla que se llevará a Austria y la forma como quiere jugar.

Decidido a enviar al frente a lo mejor que tiene, ha poblado el equipo de centrocampistas con talento (Xavi, Cesc, Iniesta, Silva), y los números le avalan: catorce partidos sin derrota y los cinco últimos sin encajar un gol. En un año, ni Inglaterra, ni Argentina, ni Francia, ni Italia han logrado batir a los españoles.

Como, poco a poco, se apaga la polémica sobre Raúl, por más que trate de reavivarse cada vez que el delantero madridista anota un gol, el debate se traslada ahora al rendimiento de Cesc Fábregas, estrella en el Arsenal y mediocre en la selección, y al lujo que supone dejar a David Villa o Fernando Torres en el banquillo, si se mantiene un único punta.

A España le dan favorita de grupo el resto de sus rivales (Rusia, Suecia y Grecia), pero la selección griega avisó, con su victoria sobre Portugal (1-2), que sabe cómo mantener la fórmula del éxito.

La mayor virtud del equipo de Otto Rehhagel es que conoce sus límites. Sabe que no cuenta con un grupo deslumbrante, pero que es un rival incómodo. Rentabiliza al máximo sus ocasiones, como hizo ante Portugal con los dos golpes francos ejecutados por Karagounis, y se entrega a la defensa de su fortín.

Al contrario, la derrota de Rusia, ridiculizada por Rumanía (3-0), no le llega en buen momento a Guus Hiddink, que busca la forma de suplir a su estrella, Arshavin, que se perderá por sanción los encuentros contra Grecia y España.

Suecia, mientras, cayó en Londres ante Brasil (1-0). No dio una buena imagen, pero en el debe tiene la ausencia de Zlatan Ibrahimovic, un jugador decisivo.

De la jornada de amistosos, sale reforzada la selección alemana de Joachim Low, que aplastó (0-4) a una selección suiza que cada vez se conforma con menos; ya le basta con ser un digno anfitrión.

Alemania demostró que tiene un buen ataque (Miroslav Klose, Mario Gómez, Lukas Podolski) y que la inercia lograda en el Mundial, cuando recuperó la autoestima, le puede ayudar a recuperar su sitio en el fútbol continental.

Pero Low tampoco se libra de las dudas, porque la columna vertebral de la selección no es titular en sus equipos; Jens Lehmann no ha logrado sacar a Manuel Almunia de la meta del Arsenal, Bastian Schweinsteiger y Lukas Podolski viven a la sombra del francés Franck Ribery y del italiano Luca Toni, en el Bayern, y Michael Ballack se ha pasado media temporada lesionado.

Los problemas de Francia e Italia son distintos. Mientras Raymond Domenech mantiene su propio 'caso Raúl' con David Trezeguet, al que sólo convocó tras las lesiones de Thierry Henry y Karim Benzema, Roberto Donadoni no ha aceptado la renovación de un contrato que le obligaba a llegar al menos a semifinales para que tuviese vigencia.

La fecha FIFA sirvió, además, para confirmar la irrupción de dos estrellas; Sergio Agüero y Alexandre Pato.

Con la vista puesta en la reanudación de las eliminatorias, el próximo verano, Argentina y Brasil cambiaron de continente.

Argentina se topó con la campeona africana, Egipto, y la mejor conclusión que pudo sacar Alfio Basile es que el 'Kun' Agüero ya está listo para rendir con la elite. Tras deslumbrar en el Mundial sub'20 y mantener un altísimo nivel durante toda la temporada con el Atlético, el 'futurible' yerno de Maradona aprovechó la ausencia de Messi y Riquelme para convertirse en la referencia de la selección albiceleste.

En Londres, en el encuentro que festejaba el 50 aniversario de la final del Mundial'58, el mejor de Brasil fue Alexandre Pato. Como ya hiciera con el Milán, Pato debutó con gol, un dato que habla de la importancia del jugador, en un momento en el que Kaká vive un bajón tras conseguirlo todo y Ronaldinho no pone excesivo interés en frenar la caída.